La Fiscalía consideraba al acusado, identificado únicamente como Anwar R., responsable de perpetrar torturas y de dar ordenes a otros para que las cometiesen también. Los crímenes imputados corresponden a 2011 y 2012, en los primeros compases del conflicto.
En total, se han identificado al menos 4.000 víctimas, sometidas a abusos en una cárcel de los servicios de Inteligencia en Damasco. Al menos 30 personas murieron en estas instalaciones.
El juicio que ahora culmina comenzó en abril de 2020 e incluyó inicialmente a dos acusados, el más joven de los cuales, Eyad A., ya fue condenado en febrero de 2021 a cuatro años y medio de prisión.
Para llevar a cabo el proceso, las autoridades judiciales alemanas han apelado al principio de justicia universal, en virtud del cual los crímenes de guerra son susceptibles también de ser juzgados en terceros países.